Escoger la mejor isla de Baleares es como intentar elegir tu sabor favorito de helado cuando todos te encantan. ¿Cómo decides entre la calma salvaje de Menorca, la fiesta interminable de Ibiza, la belleza imponente de Mallorca o el encanto secreto (cada vez menos) de Formentera? Cada una tiene su personalidad, sus encantos únicos… y sus fieles seguidores que defenderán su favorita como si se tratara de una final de Champions.

Así que si has llegado hasta aquí esperando una respuesta rotunda y definitiva, sentimos decirte que no vamos a jugárnosla con semejante responsabilidad. Lo que sí haremos es ayudarte a conocer un poco más lo que ofrece cada una, para que tú elijas tu favorita (aunque, aviso: querrás visitarlas todas). Porque lo bueno de este «conflicto» es que no hay perdedores. Solo islas espectaculares.

Si te estás pensando una visita rápida, tienes que saber que la primavera en Baleares es una época simplemente maravillosa y recomendable. ¿Quizá más aconsejable incluso que el verano? Puede ser. 

¿Qué debes saber antes de proclamar cuál es la mejor isla de Baleares?

Empecemos con Mallorca, la hermana mayor. No solo es la más grande, también es la más versátil. Puedes perderte en la Serra de Tramuntana como un auténtico explorador o dejarte ver en el Paseo del Borne como un influencer en busca de su mejor ángulo. Hay playas para todos los gustos, desde calas escondidas hasta arenales kilométricos. Y si eres de buen comer, prepárate para saborear sobrasadas, ensaimadas y platos de cuchara que te harán replantearte tu dieta. ¿Puede convertirse en la mejor isla de Baleares para ti?

Ibiza, por su parte, es la rockstar del archipiélago. Todo el mundo cree que va solo por la fiesta, pero lo cierto es que Ibiza es mucho más. Sus pueblos blancos, sus mercados hippies, sus calas escondidas y ese aura bohemia hacen que hasta el más casero quiera ponerse unas gafas redondas y decir «namasté» mientras toma un zumo detox.

Menorca, una de la menos popular, pero quizá la más atractiva, es la isla para quienes buscan paz, naturaleza y sentirse Robinson Crusoe sin renunciar al queso con denominación de origen. Es ideal para los que prefieren el silencio del mar a los beats de una discoteca. Aquí el plan es: playa, paseo, cena con vistas y a dormir con el sonido de las olas. ¿No te convence? Quizá estés en otro momento vital, pero todo llega. 

Y Formentera… ¡ay, Formentera! La pequeña, la coqueta, la que parece sacada de una postal. Solo llegar a ella es ya una aventura (barco incluido), y cuando pones un pie en sus playas de aguas cristalinas, te preguntas si has llegado al Caribe o simplemente has tenido muchísima suerte.

¿Conclusión? No hay una mejor isla de Baleares. Hay una mejor para ti. Y si no puedes decidir, no te preocupes: siempre puedes tomarte unas vacaciones más largas y visitarlas todas. Alguien tiene que hacerlo, ¿no?